Las lágrimas se producen en las glándulas lagrimales que se sitúan en el ángulo supero-externo de la órbita. Esta producción es constante durante todo el día y sirve para mantener lubricada la córnea y la superficie ocular. Aproximadamente un 70% de los recién nacidos nacen con una obstrucción de la vía lagrimal en uno o ambos ojos. Este porcentaje aumenta en niños prematuros.