Desde hace años se colabora con la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León en la implantación de un sistema que permita el cribado sistemático de toda la población diabética. Tras varios proyectos pilotos y estudios de coste/eficacia, el mismo se encuentra en la fase final de implantación en las dos Áreas de Atención Primaria de Valladolid y Palencia.

De entre los proyectos previos, se destacan algunos de los datos del realizado hace tres años, en colaboración con el Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid y  denominado: “Análisis económico del cribado de la Retinopatía Diabética (RD). Estudio comparativo de diferentes sistemas utilizados en España y del modelo propuesto por la Universidad de Valladolid basado en el modelo del Reino Unido”, cuyas conclusiones han dado lugar al desarrollo posterior del programa.

Alternativas de cribado de Retinopatía Diabética

Dada la ausencia de sintomatología hasta fases muy avanzadas de la retinopatía, para llevar a cabo un tratamiento adecuado de los problemas asociados debería realizarse un análisis sistemático y periódico del fondo de ojo de todos los diabéticos,  mediante los procedimientos de cribado que se describen:

 • El procedimiento estándar de revisión presencial por un oftalmólogo.

 • El procedimiento basado en un médico de Atención Primaria entrenado en la captura de imágenes, dotado  de una cierta capacidad de clasificación y apoyado por un oftalmólogo a trevés de la telemedicina.

 • El procedimiento basado en la captura de imágenes por personal no médico, una primera clasificación efectuada por un óptico certificado y el apoyo final de un oftalmólogo mediante telemedicina.

 • El procedimiento basado en la captura de imágenes por personal no médico y la interpretación directa por un oftalmólogo apoyándose en la telemedicina.

Para poder comparar estas alternativas se utilizaron diferentes fuentes de información y una experiencia real, desarrollada durante 2013 por indicación del Servicio Público de Salud de la Comunidad Autónoma de Castilla y León (SACYL) sobre la población diabética de tres Zonas Básicas de Salud de la provincia de Valladolid: Medina de Rioseco, Peñafiel y Tordesillas (Figura 1). Esta experiencia se ha considerado como referencia.

Los pacientes evaluados fueron 1.770, que se distribuyeron de forma homogénea entre las tres poblaciones citadas.

 
 Figura 1. Distribución de los a pacientes evaluados en el estudio piloto de cribado con telemedicina y óptico.
Los centros hospitalarios de referencia para todos ellos fueron los siguientes:

 • Hospital Clínico Universitario de Valladolid (HCUV). Avda. Ramón y Cajal, 3. 47005 Valladolid.

 • Hospital Universitario Pío del Río Hortega de Valladolid (HURH). C/ Dulzaina, 2. 47012 Valladolid.

Procedimiento de cribado basado en la captura de imágenes por personal no médico, una primera clasificación efectuada por un óptico certificado y el apoyo final de un oftalmólogo mediante telemedicina

En esta opción el paciente acude a sucentro de Atención Primaria para que el personal sanitario no médico, previamente certificado, le tome  fotografías del fondo del ojo (figura 2). Todo ello bajo la tutela del medico de Atención Primaria de referencia, que le solicitará un consentimiento informado.

Un óptico, certificado, con el entrenamiento adecuado y con la posibilidad de una consulta rápida a un oftalmólogo accede a la plataforma tecnológica y decide entre estas dos situaciones:

 • el paciente está sano o tiene una retinopatía que no requiere vigilancia adicional a los cribados anuales,

 • es preferible que un oftalmólogo vea las fotografías.

Si fuera necesario hacerle una vigilancia adicional específica, la misma puede consistir en un cribado adicional en el plazo inferior a un año, o realizar una exploración presencial en la Unidad de Retina del hospital que le corresponda.

 
Figura 2. Diagrama del procedimientorealizado por un óptico certificado.

Análisis de los costes asociados a los distintos procedimientos

Cada uno de los procedimientos citados tienen unos costes atribuibles a todos los actos médicos que tienen lugar durante el proceso, y que se han recogido de forma pormenorizada.

Dentro de los costes públicos, se encuentran: el personal, material fungible e inventariable, e instalaciones. Los costes de personal se dividen en cinco grupos con  diferentes costes.

Los asociados a las instalaciones utilizadas no se han considerado en este estudio pues son difíciles de calcular y puede generar distorsiones en los costes totales, al incluir elementos que no tienen relación directa y relevante en los procesos médicos vinculados a la enfermedad analizada.

El punto de partida de este estudio es la población diabética que todavía no ha desarrollado síntomas de una RD y que son sometidos a las pruebas de cribado.

Tabla 1. Costes (euros por paciente) y calidad de vida de las distintas alternativas de cribado.

Coste total (€) Calidad de vida
Sin cribado 0,00 0,838
Cribado por un óptico* 51,23 0,845
Cribado por un oftalmólogo con retinografía 55,30 0,845
Cribado por un médico atención primaria 71,64 0,845
Cribado por un oftalmólogo presencial 86,46 0,845
*Este menor coste del cribado con óptico se explica porque:
 

 • Reduce los gastos privados de los pacientes al no requerir tantos desplazamientos.

 • El coste de la realización y valoración de la retinografía es inferior: su realización requiere la presencia de un solo profesional y el paciente no tiene  que estar presente durante su valoración. 

 • El coste de la valoración de la retinografía con telemedicina por el óptico es inferior por el menor tiempo requerido. Se trata de una actividad muy concreta realizada por una persona específicamente formada para ella.

Cálculo teórico de costes para la Comunidad Autónoma

Utilizando los datos del caso de estudio para el conjunto de Castilla y León podrían plantearse los costes de las distintas alternativas de cribado de la Retinopatía Diabética. Para realizar esta estimación suponemos que aproximadamente el 8% de la población ha sido ya diagnosticada de diabetes y que la mitad de la misma podrían someterse a un proceso de cribado, unos 100.000. Con esos datos la opción del cribado por óptico supondría unos costes de 5,1 millones de euros, siendo los mismos para el sistema público de 2,55 millones de euros y el resto para los usuarios (Tabla 2).

Tabla 2.Costes asociados a un cribado de retinopatía diabética para el conjunto de Castilla y León.

Coste total

(euros)

Coste privado

(euros)

Coste público

(euros)

Cribado por un óptico 5.123.000 2.572.000 2.551.000
Cribado por un oftalmólogo con retinografía 5.530.000 2.572.000 2.958.000
Cribado por un médico de Atención Primaria 7.164.000 2.740.000 4.424.000
Cribado por un oftalmólogo presencial 8.646.000 5.025.000 3.621.000
Conclusiones:

La opción de cribado basada en teleoftalmología y un óptico es una de las posibles alternativas para un tratamiento precoz de los problemas oculares asociados a la Retinopatía Diabética. Otras posibilidades son:

 • La revisión presencial por un oftalmólogo.

 • El procedimiento basado en un médico de Atención Primaria entrenado apoyándose en la telemedicina. 

 • El procedimiento basado en un oftalmólogo apoyándose en la telemedicina.

La comparación con las distintas alternativas de cribado para el escenario que generan los datos de la experiencia piloto permite decantarse por la teleoftalmología y un óptico por sus reducidos costes relacionados con la calidad de vida. Los principales motivos que avalan esta opinión son:

 • Además de obtener un mejor resultado en término de costes, el cribado por el óptico tiene la ventaja de liberar al oftalmólogo de tareas de carácter rutinario, que pueden ser asumidas por otros profesionales, como los ópticos.

 • Extrapolando para el conjunto de la  Comunidad de Castilla y León y suponiendo que la mitad de la población se sometiera al cribado, el coste para el Sistema Público sería de 2,55 millones de euros. Si se optara por la opción del cribado por óptico se lograría un ahorro en costes públicos de 16%, 73,4% y un 41,9% respecto al cribado por el oftalmólogo con retinografía, al cribado por el médico de Atención Primaria y al cribado presencial por el oftalmólogo, respectivamente.

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