El oftalmólogo que casi muere por un ensayo clínico: «Lo
volvería a hacer» 

Entre Valladolid y Simancas, justo donde confluyen el Duero y el Pisuerga, una zona que en su momento atrajo a propios y extraños porque, supuestamente, un cocodrilo convirtió aquello en su nido, hay un árbol que hace un tiempo agonizaba.
José Carlos Pastor Jimeno, distinguido oftalmólogo, investigador y ahora profesor emérito de la Universidad de Valladolid, recorre con frecuencia en bici los algo más de 16 kilómetros que separan su casa del paraje, otrora límite fronterizo en el avance de la Reconquista. “El árbol estaba muy viejo, parecía que incluso muerto, pero ahora ha empezado a florecer”, explica, y su sonrisa trasciende del hilo telefónico. Va allí en parte para orear la cabeza, en parte para mantenerse activo, en parte como terapia. Tiene 71 años para 72 y padece un cáncer de próstata con metástasis, pero ello no es óbice para que acuda, fiel, a la habitual cita con el que, por algún inescrutable azar tejido con mimo por la madre naturaleza, ya considera su amigo, su amigo el árbol.