Con los años el vítreo sufre una serie de cambios que afectan a su composición y a su consistencia. Esta gelatina cada vez se vuelve más líquida y adquiere movilidad. En su interior se forman bolsas de fluido que pueden dar al paciente la sensación de ver “telarañas” o cosas “flotando”.
Cuando las bolsas de fluido se unen pueden dar lugar a que se separe de forma espontánea el vítreo de la retina pudiendo dar una sensación de destellos de luz (fotopsias). Esta situación se da con más frecuencia en personas mayores de 60 años y generalmente ocurre primero en un ojo pudiendo pasar en el ojo contralateral de 6 a 24 meses después.

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