La mirilla de la investigación

Un equipo del IOBA caracteriza, por primera vez, la superficie ocular del cerdo y concluye que se parece más a la humana que la de los roedores. El estudio pone el foco en la conjuntiva, donde se encuentra la primera línea de defensa frente a los patógenos.

Tener vista de lince es una expresión que se utiliza para referirse a alguien que posee una agudeza visual portentosa; una locución que hace referencia a unos ojos que proporcionan la capacidad de divisar a largas distancias. Ahora bien, si en vez de ver lo que queremos es investigar, la carrera la gana el cerdo. De hecho, se impone al roedor que desde siempre ha ocupado la primera posición.

Los árbitros de esta competición son los investigadores del Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, quienes han caracterizado, por primera vez, la superficie ocular del cerdo, es decir, han determinado cuáles son sus estructuras, qué características específicas tienen… Para realizar este estudio obtuvieron ojos de cerdo del Matadero Justino Gutiérrez de la localidad vallisoletana de Laguna de Duero, gracias a la colaboración que mantienen con ellos desde hace varios años. Pero esta vez le dieron más trabajo del habitual porque les pidieron que incluyeran los párpados.

Y lo solicitaron porque su idea era llevar a cabo una caracterización detallada de la superficie ocular, y la conjuntiva recubre el interior de los párpados. Una vez que recibieron las muestras se fijaron y se procesaron en el laboratorio. El siguiente paso fue realizar varios cortes histológicos y distintas tinciones para analizar la estructura de los tejidos, localizar las células caliciformes y analizar la composición del moco que contienen. También localizaron mediante inmunodetección la presencia de linfocitos, lo que ayudó a caracterizar el sistema inmune específico de la conjuntiva, conocido como CALT.